viernes, 16 de septiembre de 2016

Entrevista de Macky Arenas en el ABC de la Semana al autor de La otra cara

La entrevista puede verse en el siguiente enlace: http://www.abcdelasemana.com/2016/09/16/el-abc-de-manuel-acedo-sucre-abogado-y-novelista-hay-un-rechazo-brutal-hacia-el-regimen-e-irreprimibles-deseos-de-cambio/



El ABC de Manuel Acedo Sucre/ abogado y novelista
“Hay un rechazo brutal hacia el régimen e irreprimibles deseos de cambio”


La sociedad no se ha acostumbrado a que existen responsabilidades que deben reclamarse. Es una lástima no darse cuenta de que el país de los 40 años de democracia, es el mismo país de los primeros 50 años del siglo XX. Vivimos tiempos difíciles y muchos escritores no la tienen fácil. Es imposible no extraer detalles de la realidad, de gente concreta, para verterlos en los personajes, señala el escritor.
MACKY ARENAS  
Abogado, egresado de la Universidad Central de Venezuela. Escritor de las novelas:“Nosotros todos”, “La Misa” y “La otra cara”. Comenzó a escribir por una circunstancia fortuita, tras ser sometido a una intervención quirúrgica que lo puso fuera de combate durante un mes, sin imaginar que luego de sus publicaciones su primera novela “Nosotros todos” fuese todo un éxito editorial y se lograra vender en menos de dos años cinco mil ejemplares. Esto fue lo que nos dijo para los lectores de ABC de la Semana.
“Un país puede tener una bonanza increíble como la tuvo Venezuela y no pasa por lo que hemos pasado”
“Un país puede tener una bonanza increíble como la tuvo Venezuela y no pasa por lo que hemos pasado”
_  ¿A qué atribuyes el éxito de la novela “Nosotros todos”?
_ Es básicamente satírica. Se burla de la situación política actual en Venezuela, de los enchufados, del bolivarianismo extremo, ambientada desde luego, en la Caracas del 2012. En realidad, son muy distintas las tres. La segunda “La Misa” también tiene bastante de humor y muchas historias personales que la hacen atractiva y entretenida. “La Otra Cara” es más de contenido político, más seria aunque no deja de ser ficción y no deja de ser novela.
_ Cada una tiene su “anzuelo”…
_ La literatura en general tiene distintos ganchos hacia el público que van desde, en el caso de la poesía, la belleza  del lenguaje hasta contenidos que lo hacen a uno reír,  pensar,  reflexionar,  sentir fuerte.
_ ¿Qué tiene de especial tu novela más reciente?
_ Quizá la forma no es la usual. Es una entrevista ficticia a un personaje muy complicado, que ha sido muy exitoso como asesor político y esa entrevista se va entrelazando con aspectos de la vida pasada de ambos, tanto del entrevistado como del entrevistador. Hay una tercera persona que es víctima de todo lo que se desarrolla en esa historia paralela. Así que, por un lado está la entrevista, donde  ambos chocan durante  el proceso pues sus posiciones son muy distintas; por otro lado está ese pasado interesante, fuerte, que ayuda a llevar el libro hacia un final donde termina por mezclarse todo.
_ Luego de “Nosotros todos” apareció “La Misa” …
_ Sí, hay que puntualizar que no es una novela religiosa, solo que el móvil para narrar los hechos es una misa de bodas en Caracas donde se entrelazan las historias de varios de los asistentes. Al final todo se unifica. Esa novela también se agotó y debe estar por salir la segunda edición. Finalmente, una tercera novela, “La otra cara”, que ya está en las librerías y andamos en el proceso de darla a conocer.
_ En estos tiempos aciagos no a todos les gusta escribir sobre nuestros problemas cotidianos. Más bien se busca evadirlos. Tú escribes sobre todo este jaleo en que estamos metidos los venezolanos y si eres exitoso, vendes. Exhibes gran facilidad para entrelazar historias, lo cual es un arte…
_ Vivimos tiempos difíciles y muchos escritores no la tienen fácil. Editar un libro representa un costo que no todo el mundo logra enfrentar. Hay muchos riesgos y el esfuerzo para importar insumos, tinta, papel, es grande y a la hora de venderlo cuesta caro. Además, vivimos en un sistema político intolerante y los autores corren riesgos cuando publican. Es difícil. Pero, por otro lado, la realidad venezolana es tan particular, complicada, cambiante e influyente en la vida de cada quien, que resulta una gran fuente de inspiración. Las historias que uno escucha en la calle, en la familia, entre los amigos, es lo que nos hace únicos en relación a lo que ocurre en otros países.
FICCIÓN Y REALIDAD
_ Esas historias te sirven para lanzar duros señalamientos y acusaciones…
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_ Es cierto, vivimos en una sociedad donde la gente aún no se ha acostumbrado a que existen responsabilidades que deben reclamarse. Cuando Hitler asesina a millones de judíos y desencadena una guerra terrible que acaba con Europa-incluidas zonas de Asia cuando se involucra Japón- para el mundo era claramente el culpable de aquella atrocidad.  Cuando un jefe de gobierno impone políticas que matan de hambre a la gente, porque destruye el aparato productivo de un país, ése señor es responsable. Pero hay que entender por qué pasan las cosas e identificar los responsables. Y no me refiero sólo a los líderes políticos, sino a todo un sistema y creo que en la novela se ve un poco eso.
_  De lo que leí, deduzco una interpelación muy fuerte a la complicidad. No sé si era  tu intención pero a mí me quedó claro…
_ Sin duda es parte del libro, busco hacer entender el tipo de gente que puede llevar a estas situaciones, el cinismo con que actúan, las complicidades de que se sirven. Y eso se ve hasta dentro del mundo académico. Es muy fácil para un profesor, sentado en una poltrona en una universidad europea, proclamar que se solidariza con alguno de estos regímenes, supuestamente de izquierda, pero que en realidad son totalitarios.  Es cómodo, desde allá, ayudar a diseñar las políticas de estos regímenes de los cuales reciben, directa e indirectamente, bastante dinero. Ocurre que se trata de académicos caducos, que no tienen nada que decir en sus propias universidades porque ya las ideas y los avances de la política se los llevaron por delante, pero de repente resucitan en estos países y causan un daño terrible. Pero nadie los tiene por responsables de lo que pasa.  De manera que, sí, hay un poco de ese tipo de acusaciones en la novela.
_ Obviamente, estos personajes son ficticios, pero ¿te inspiraste en alguno real?
_   Es imposible no extraer detalles de la realidad, de gente concreta, para verterlos en los personajes. Pero no se trata de retratar a alguien en particular. Perdería el elemento de ficción que es tan importante en la novela.
_ Nosotros hemos sido criados en el mismo país, en la misma época y en ambientes parecidos. Estudiamos en el exterior, regresamos y no queremos irnos.  Sin embargo, ¡hay tantos que se van o quisieran hacerlo argumentando cualquier cosa!
_ Las cosas hay que verlas desde el otro punto de vista. No es cualquier cosa, por ejemplo, que te secuestren o te veas en una situación de peligro desde el punto de vista de tu seguridad personal.  No critico a quienes toman esa decisión pues entiendo que la cosa no es fácil. Pero pienso que es una falta de perspectiva. Nosotros vivimos en el país de la etapa democrática donde había paz, libertad, se podía estudiar. Había problemas, había fallas, pero la gente no se moría de hambre. Sin embargo, ese país que conocimos fue producto igualmente de una cantidad de convulsiones anteriores. Nuestros abuelos y bisabuelos vivieron momentos de dictaduras, de desastres económicos, tuvieron que luchar, fueron presos algunos de ellos. Creo que esto que estamos viviendo ahora pasará y es una lástima no darse cuenta de que el país de los 40 años de democracia es el mismo país de los primeros 50 años del siglo XX, que pasó por todo tipo de cosas.  Y es el mismo país que tenemos ahora, sólo que está aflorando lo peor de un sistema político que ha causado un daño tremendo. Pero es la misma Venezuela y uno tiene que pensar que los recursos que  tuvo el país en los momentos buenos están aún allí, los mismos que se pondrán en movimiento y rendirán sus frutos en otra realidad política que creo viene pronto.
_ ¿Crees que esa postura tuya tan clara resulta de haber tenido padres que lucharon por lo que obtuvieron mientras quienes se van crecieron en tiempos de vacas gordas al igual que sus padres?
_ Es posible que sea así. En mi caso particular, mi familia registra tres generaciones en que hubo, en cada una de ellas, al menos un preso político por sus ideas. Mi propio padre estuvo preso durante la dictadura de Pérez Jiménez. Por cierto, que en la novela hay un segmento que emula un poco la situación de mi padre, aunque no exactamente. Pero fue hecho preso por firmar un manifiesto contra el régimen. Gracias a Dios fue pocos días antes de la caída de la dictadura y lo liberaron el 23 de Enero. Pero eso, efectivamente, es un ejemplo para uno. Fue un abogado, empresario y escribió sobre temas de Derecho. También una defensa de Eugenio Mendoza a propósito de una cantidad de ataques de los que fue objeto.
_ Volviendo al tema, lo que describes en tus libros revela que sigues la política con gran interés…
_ No soy político ni me desempeño en ese mundo, pero me gusta y soy un atento observador de la dinámica política: Nos ha afectado tanto en estos últimos años que resulta imposible sustraerse a ella.
_ ¿Piensas que estamos en un momento de cambios o será que nos hemos habituado a una turbulencia tras otra?
_ Se están dando unas circunstancias muy particulares.  Cuando Chávez llegó al poder lo hizo acompañado de una bonanza petrolera espectacular que, de alguna manera, tapaba los errores que cometía y el proceso de destrucción que avanzaba en la economía y en la política. La gente piensa que el fenómeno de la escasez es nuevo; es verdad que ahora está muy acentuado, pero es consecuencia directa de las políticas que Chávez impuso mientras gobernó.  Hubo momentos en que uno pensaba que no era posible ser popular, pero Chávez lo era, cabalgando sobre la bonanza petrolera.  Era un caudillo, un líder con arrastre y su relación con las masas era asombrosa.  Ahora ya no está Chávez, la bonanza se extinguió y nos gobierna un presidente bastante torpe, por decir lo menos, lo que permite apreciar los resultados de esas políticas de una manera trágica, en hambre, miseria, problemas para conseguir medicinas y todo tipo de dificultades que están a la vista. Esa confluencia de factores parece terminal.  La respuesta de la gente es clarísima: un rechazo brutal hacia el régimen y unos irreprimibles deseos de cambio.
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“Nosotros vivimos en el país de la etapa democrática donde había paz, libertad, se podía estudiar”.
LA SOLUCIÓN
_ Con Chávez ya comenzaba ese rechazo…
_ Sí, pero era básicamente de parte de un sector del país que se veía especialmente afectado por sus políticas. Pero ahora es una rebelión casi que generalizada pues es muy poca la gente que está de acuerdo con las barbaridades del gobierno y sus consecuencias. Estoy seguro de que eso es imparable, independientemente de si este año hay o no Revocatorio. Está en marcha un movimiento que no tiene otra desembocadura que la renuncia o el término del gobierno. 
_ ¿Nos recuperamos con facilidad como país?
_ Pienso que sí. Hay gente que piensa que es tal el nivel de destrucción que será imposible remontar rápidamente. Tal vez no sea sencillo recuperar completamente lo que teníamos, pero la Economía es algo que opera bien si la maneja la gente idónea y se aplican las políticas correctas.
_ ¿Cómo nos hemos dejado humillar tanto si siempre dijimos que éramos un país de mucho cacique y poco indio?
_ La respuesta no es fácil y algo de eso abordo en uno de mis libros. Creo que ha sido, simplemente, una mezcla terrible de circunstancias. Un país puede tener una bonanza increíble como la tuvo Venezuela y no pasa por lo que hemos pasado; puede tener un líder nefasto y no pasa lo que a nosotros. Pero cuando combinas esas dos cosas con el hecho de que mucho no estaba funcionando bien en la democracia, logras un resultado bastante complicado de desmontar.
_¿Ayudó el hecho de que líderes democráticos, preparados para gerenciar esto con mayor pericia, estuvieran tan deteriorados para el momento en que el chavismo dio el zarpazo, cobijado en esa mezcla de factores?
_ Sin duda. Es terrible. Nada más piensa que en las elecciones en que compitió Chávez por primera vez por la presidencia tuvimos un líder caduco y una reina de belleza no calificada para la responsabilidad. Por otro lado, sí hubo un líder emergente, con credenciales y méritos por la labor que lo precedía en el centro del país como gobernador pero que, a mi manera de ver, intentó distanciarse de la política tradicional, diferenciarse de los partidos y, de alguna manera, actuaba en solitario. Todas esas contingencias abonaron el terreno para que un tipo como Chávez, arropado por ese descontento que se percibía con el sistema democrático, pudiera llegar. No obstante, no critico tanto a los líderes de oposición actuales pues les tocó enfrentarse a un fenómeno político inédito. No estoy seguro de que otro líder habría manejado esto de otra forma. Es verdad que uno se sorprende cuando observa, en el espectro de noticias, más que las decisiones importantes que toman como oposición, las peleas entre ellos. Pero hemos tenido momentos bien importantes en los que sí han estado juntos y esos son los que hay que potenciar.

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